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La visión de sostenibilidad de São Paulo: salud, resiliencia y acceso a los alimentos

Mientras los termómetros de São Paulo marcaron temperaturas récord el año pasado, la ola de calor se negó a ceder, y en marzo de 2024 alcanzaron casi 35 °C, la temperatura más alta para ese mes desde 1943. La ciudad de São Paulo se ha comprometido a fomentar una comunidad más sana y resiliente abordando los problemas de salud relacionados con el aumento de las temperaturas y la contaminación atmosférica. A continuación, destacamos algunas iniciativas sobre cómo São Paulo se asegura que sus residentes se mantengan frescos y, sobre todo, sanos.

 

El sábado 16 de marzo de 2024, los habitantes de São Paulo acudieron a piscinas y parques para refrescarse del calor. Según la Municipalidad de São Paulo, las 45 piscinas de los Centros Educativos Unificados recibieron más de 23 mil personas ese fin de semana, alcanzando su capacidad máxima. Con los termómetros marcando una máxima de 34,7°C, la ciudad vivió el día más caluroso del año, según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet). Esta marca representa la temperatura más alta registrada para el mes de marzo desde 1943.

Sin embargo, la reciente ola de calor en la ciudad no era desconocida para los paulistas. Durante septiembre de 2023 -el último mes del invierno en el hemisferio sur- las temperaturas superaron los 36ºC, lo que llevó a las autoridades locales a implementar medidas para mitigar los efectos de la emergencia climática. 

Los cambios en el clima de São Paulo incluyen lluvias intensas más frecuentes -como las inundaciones extremas que han devastado recientemente el sur de Brasil- y temperaturas cada vez más altas, lo que afecta directamente a la salud de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud, las olas de calor pueden provocar diversos problemas, desde deshidratación, quemaduras solares e insolación hasta bajas de presión, desmayos e incluso hipertermia, con resultado final de muerte.

Una respuesta rápida para combatir el calor

Consciente de las posibles repercusiones sanitarias del calor pronosticado el pasado mes de septiembre, sobre todo en las poblaciones vulnerables, la Municipalidad de São Paulo puso en marcha su pionera iniciativa, la Operación Altas Temperaturas (OAT). Este plan de contingencia se activa siempre que los termómetros alcanzan los 32°C o una sensación térmica equivalente, según los parámetros históricos de análisis climático del Centro de Gestión de Emergencias Climáticas (CGE) de São Paulo.

Diez tiendas se sitúan en puntos estratégicos de la ciudad, donde el personal municipal suministra gratuitamente agua, té helado y fruta, gorras e incluso bebederos para mascotas. El personal también orienta a los residentes sobre medidas de autocuidado y remite a las personas sin hogar a los centros de acogida de la ciudad. Las tiendas están equipadas con ventiladores y ofrecen cobijo del sol, donde cualquiera puede descansar e hidratarse. También hay una ambulancia designada en cada tienda para una respuesta rápida en caso de emergencias debidas a la exposición al calor.

São Paulo tiene la mayor red de asistencia social de América Latina, con más de 25.000 plazas para personas sin hogar. A través de la OAT, São Paulo también garantiza que estas instalaciones estén equipadas con ventiladores y fuentes de agua potable. De septiembre de 2023 a marzo de este año, la OAT prestó cerca de 1,4 millones de servicios y distribuyó más de 3,1 millones de artículos, entre botellas de agua y frutas.

Monitoreando el aire

Los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor o de frío, provocados por el cambio climático, también pueden degradar considerablemente la calidad del aire. Las fuentes antropogénicas de contaminación atmosférica agravan los riesgos para la salud y ponen de relieve la necesidad urgente de actuar.

En 2023, la ciudad de São Paulo adoptó el Programa de Vigilancia de la Salud Ambiental de las Poblaciones Expuestas a Contaminantes Atmosféricos (VIGIAR). Su misión es orientar y promover la prevención sanitaria dando prioridad a las zonas con diversas actividades económicas propensas a la contaminación atmosférica. 

VIGIAR emplea las llamadas «unidades centinela» (US) para hacer un seguimiento de las enfermedades respiratorias en grupos de alto riesgo, especialmente niños menores de cinco años, detectando síntomas como disnea (falta de aire), sibilancias y tos. En 2023 se registraron 12.266 casos, con más de 2.000 casos notificados hasta el 12 de abril de este año.

Durante los periodos de baja humedad del aire, el VIGIAR emite alertas a las Unidades de Vigilancia Sanitaria (UVIS) y a las Direcciones Regionales de Educación (DREs) en coordinación con la Defensa Civil de São Paulo. A continuación, los centros sanitarios y educativos aplican instrucciones coordinadas para mitigar los efectos sanitarios en los residentes.

El VIGIAR está integrado en el Plan de Acción Climática de São Paulo (Planclima) 2020-2050, con el objetivo de ampliarlo a 27 unidades centinela en 2025; actualmente funcionan 13 en la ciudad. En consonancia con ello, el Planclima ha fijado ambiciosos objetivos para reducir drásticamente las emisiones de carbono de aquí a 2028 y lograr su completa erradicación en 2038, garantizando un aire limpio para los paulistas y abordando al mismo tiempo la emergencia climática.

Comunidades más verdes y sanas

¿Cómo conjugar el desarrollo urbano y humano con la preservación del medio ambiente? Este es el planteamiento holístico del Programa de Entornos Verdes y Saludables (PAVS) de São Paulo. Desarrollado en 2005, el PAVS refuerza la gestión intersectorial de políticas a escala local mediante la ejecución de más de 1.500 proyectos socioambientales integrados en el ámbito de la atención primaria en más de 300 Unidades Básicas de Salud (UBS) en el marco de la Estrategia de Salud Familiar de la ciudad.

El PAVS se centra en seis ejes rectores que se interrelacionan a través de los principios de la cultura de paz y la participación ciudadana: Biodiversidad y Forestación, Huerta y Alimentación Saludable, Gestión de Residuos, Agenda Ambiental en la Administración Pública, Revitalización de Espacios Públicos, y Agua, Aire y Suelo. El programa emplea su Manual de Elaboración de Diagnósticos Socioambientales, una herramienta diseñada para identificar y georreferenciar las necesidades reales del territorio, facilitando la planificación participativa y orientando intervenciones sanitarias, como la promoción de mejores hábitos alimentarios.

El programa ha proporcionado formación medioambiental a 9.000 agentes comunitarios de salud y protección social. Estos profesionales municipales promueven la educación y la movilización comunitaria para concientizar sobre la salud.

Conjuntamente, São Paulo ha cultivado huertos comunitarios en 130 Unidades Básicas de Salud, incluidos 43 huertos terapéuticos con plantas medicinales. En ellos, los residentes aprenden técnicas de cultivo de plantas y compostaje y exploran las propiedades terapéuticas de las hierbas. Este enfoque integra los conocimientos tradicionales, capacita a las comunidades y promueve prácticas sanitarias y medioambientales sostenibles.

Además, el recién lanzado proyecto Refresca São Paulo capacita a los jóvenes como catalizadores del cambio trabajando con ellos para plantar flora autóctona en las escuelas, ampliando así los espacios verdes urbanos para mitigar los picos de temperatura y frenar la contaminación atmosférica. El proyecto, centrado en la educación medioambiental, hace especial hincapié en la salud y las medidas de resiliencia al cambio climático, y está dirigido a niños y adolescentes -la generación nacida justo en la emergencia climática-. São Paulo cuenta con su potencial para liderar el avance hacia una ciudad más verde y saludable.

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