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Las ciudades amazónicas, únicas e irremplazables: Visibilizando la Amazonia urbana

Las ciudades amazónicas son diversas en oportunidades y necesidades. La biodiversidad de la región es una de las más importantes del mundo, pero los retos de sostenibilidad de sus ciudades son menos conocidos. Estas juridicciones necesitan apoyo financiero y desarrollo de capacidades para crear espacios sostenibles, orientados a la conservación, equitativos, basados en la naturaleza y con un desarrollo circular. En el Congreso Mundial ICLEI, alcaldes de esta región se reunieron para amplificar las voces de estas ciudades únicas.

“Hablar de la Amazonia se refiere a una región que es una marca internacional, conocida en todo el mundo y, simultáneamente, sufre de invisibilidad sistemática debido a la falta de políticas dirigidas a su desarrollo”, dijo Edmilson Rodrigues, alcalde de Belém.

Este es el reto de los dirigentes urbanos de la Amazonia. El papel de la región amazónica en el planeta, especialmente en tiempos de cambio climático, es irrefutable. Representa más de la mitad de la selva tropical del planeta y es el mayor bosque tropical del mundo. La región cubre entre el 4% y el 6% de la superficie total de la Tierra y el 40% de la superficie de América del Sur. Este territorio es una reserva de agua regional y mundial, y actúa como regulador del clima planetario y regional.

Pero también es una región urbana. La Amazonia se extiende por nueve países, alberga a más de 50 millones de habitantes, con 420 pueblos indígenas que hablan más de 300 lenguas. De esos habitantes, 72% viven en ciudades, lo que presenta desafíos significativos en lo que se refiere a administración pública, servicios y conectividad.

ICLEI América del Sur viene avanzando hacia estos desafíos a través de la implementación de iniciativas para crear espacios de articulación política, estratégica y técnica en la región. Un ejemplo es el Encuentro Regional Amazónico ICLEI, que ya cuenta con dos ediciones. Gracias al trabajo colaborativo, el objetivo es mostrar esta región como “el pulmón del mundo con el cinturón de las ciudades”, dijo Bráulio Díaz, Director Regional de Relaciones Institucionales y Abogacía de ICLEI América del Sur.

De cara a la próxima COP30 en Belém, ICLEI ha apoyado a la ciudad ayudándola a construir su primer inventario de gases de efecto invernadero y a desarrollar documentos técnicos con un enfoque de adaptación basado en los ecosistemas.

“El primer inventario de Belém sirve como guía para que las ciudades avancen en sus compromisos climáticos, proporcionando apoyo estratégico y vínculos con la financiación necesaria para el desarrollo sostenible”, señaló Rodrigo Perpétuo, Director Regional de ICLEI América del Sur.

Además, la relación orgánica de ICLEI con el Pacto Global de Alcaldes ha desplegado mecanismos significativos, especialmente en la realización de la Declaración de Belém en 2023 antes de la COP30 en Belém. Esta declaración ordena la institucionalización de las ciudades amazónicas como parte de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).

“Esta importante Declaración, firmada por ocho países, contiene 113 objetivos y 29 resoluciones, marcando un salto significativo en el fortalecimiento del proceso de integración para implementar proyectos de desarrollo sostenible e inclusión social, destacando la importancia de la ciencia y la innovación en este contexto”, dijo Vanessa Grazziotin, Directora Ejecutiva de la OTCA.

“La COP30 ha generado inversiones en la ciudad [de Belém] con el apoyo de ICLEI”, dijo el alcalde Rodrigues, haciendo hincapié en la importancia de los municipios en la lucha por la sostenibilidad y la visibilidad de la Amazonia.

El llamado de los alcaldes

El alcalde Rodrigues destacó que por eso se ha comprometido a que Belém sea la ciudad anfitriona de la COP30 en 2025. “Es una oportunidad para amplificar no sólo las demandas de la Amazonia brasileña, sino de toda la región amazónica”, afirma.

En Brasil, la Amazonia ocupa el 60% del territorio, equivalente a un continente. “Sólo el estado de Pará tiene el tamaño combinado de Francia, Portugal y España, albergando 8,125 millones de habitantes, siendo uno de los más poblados de la región amazónica”, detalló.

Los alcaldes coinciden en que esta invisibilidad se debe a la baja representación electoral de las comunidades, lo que hace que sus demandas no lleguen a nivel nacional.

“En Perú, el territorio amazónico alberga 13 familias lingüísticas y 54 comunidades indígenas, muchas de ellas no contactadas. Son pueblos abandonados por los sistemas de educación y salud”, destaca Vladimir Chong, alcalde de la provincia de Maynas. Además, la inestabilidad política de Perú retrasa los avances. “Avanzamos en proyectos de mitigación, pero en cuanto cambian los gobernantes, todo vuelve a cero”, añade Janet Yvone C. Vásquez, alcaldesa de Coronel Portillo, Pucallpa.

Los alcaldes coincidieron en dos necesidades urgentes: cooperación financiera nacional e internacional para proyectos de mitigación medioambiental y formación técnica para reconstruir la Amazonia. El alcalde Chong añadió: “Somos una nación con tremendas carencias debido a la falta de atención y capacidad técnica del Estado nacional.”

Un territorio amenazado

La deforestación ha incrementado la migración a los centros urbanos, agravando los problemas urbanos y medioambientales. “Somos víctimas de una perversa ideología urbanizadora que prioriza el asfalto sobre la naturaleza”, afirmó el alcalde Rodrigues.

El alcalde Chong describió las deficiencias de su provincia, donde el 40% de la población carece de acceso a agua potable y saneamiento, conexión por carretera y acceso a Internet de banda ancha. La migración de las zonas rurales a los centros urbanos de Maynas, especialmente Iquitos, su capital, agrava la precaria situación. Chong destacó la urgencia de financiar la lucha contra la desertificación, la contaminación ambiental causada por la minería y la tala ilegales, y la falta de plantas de residuos sostenibles. “Los ríos contienen altos niveles de mercurio y microplásticos. ¿Cómo explicamos a los habitantes que estas actividades son perjudiciales cuando necesitan estos recursos para sobrevivir? Tenemos que formarles técnicamente para que realicen actividades sostenibles”, afirmó.

La alcaldesa Vásquez añadió que la deforestación ha convertido frondosos bosques en “verdaderos desiertos”. Aunque su región es rica en recursos como plátanos, mandioca, piña, cacao y café, se enfrenta a graves limitaciones en el acceso al agua y al saneamiento, especialmente en los centros ribereños. Este invierno, graves inundaciones contaminaron los pozos de agua, lo que provocó problemas de saneamiento. “Los pozos y las letrinas se desbordaron, dejando a la población sin agua, lo que causó importantes problemas sanitarios. El 65% de nuestros niños tienen anemia”, lamentó el alcalde Vázquez.

Además, la alcaldesa Vázquez destacó la necesidad de proyectos de mitigación medioambiental para hacer frente a olas de calor que alcanzan los 43 grados. “Somos una ciudad rodeada de árboles y a orillas del río, y sin embargo las olas de calor son cada vez más intensas. Esto indica que el medio ambiente está pidiendo ayuda a gritos”, concluyó.

Un valor añadido para los residentes

Ana Lucía Reis, alcaldesa de Cobija (Bolivia), destacó la riqueza de la región amazónica, a menudo subestimada por sus propios habitantes. “Muchas veces, los que viven aquí no se dan cuenta de la riqueza de la zona. Muchos piensan que es mejor talar árboles para plantar mandioca y arroz”, dijo.

Cobija, capital amazónica de Bolivia y primer exportador mundial de nueces de Brasil, se enfrenta a un dilema. “Nuestras cajas dicen ‘nueces brasileñas de Bolivia’, una paradoja ya que este producto es el mayor contribuyente económico de la ciudad”, dijo la alcaldesa Reis. Aunque estos frutos secos ricos en nutrientes que favorecen la lactancia materna están incluidos en los programas de subvenciones, muchos los descartan por desconocimiento.

La alcaldesa Reis insistió en la necesidad de añadir valor a la riqueza de la región. “La única forma de conservar nuestros bosques es añadiendo valor a nuestros frutos; de lo contrario, nuestros habitantes no ven el sentido de conservarlos”. El alcalde insistió en la urgencia de la formación técnica, especialmente en agroindustria, para combatir la deforestación. “Hace poco, tuvimos 17 metros de inundación en la cuenca del río, frente a una media de 2 metros, porque ya no hay bosque para frenar la subida del agua”, dijo.

Con la ambición de convertir Cobija en una ecociudad, el alcalde está llevando a cabo proyectos de reforestación y promoviendo el uso de la energía solar en las escuelas locales.

Ante este panorama, es imperativo situar el desarrollo sostenible de las zonas urbanas de la Amazonia en el centro de las estrategias de conservación y adaptación de la región. Es el momento de promover políticas sostenibles ambiciosas, integradas y urgentes, fomentando la colaboración entre los gobiernos locales a través de plataformas como el Foro de Ciudades Amazónicas (FCA), creando más oportunidades para lograr un futuro sostenible y resiliente para la región.

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